El Ministerio de Salud (Minsal) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Salud (ENCAVI) 2023-2024, la primera medición realizada después de la pandemia. El estudio, coordinado por el Departamento de Epidemiología del Minsal y aplicado por la Dirección de Estudios Sociales (DESUC) de la Pontificia Universidad Católica, entrevistó a 16.590 personas entre octubre de 2023 y febrero de 2024, con representatividad nacional, regional, por nivel socioeconómico, sexo y ámbito rural y urbano. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, destacó que la encuesta muestra el retroceso en algunos parámetros tras la pandemia y recalcó que la salud no solo es atender enfermedades, sino mejorar el bienestar de la población. Principales resultados 68,5% de la población califica su calidad de vida como buena o muy buena (estable versus 2015-2016). Brecha por ingresos: 63,3% en el primer quintil reporta buena calidad de vida versus 89,2% en el quinto. El bienestar emocional baja de 5,7 a 5,4 puntos (escala 1–7). 51,2% de la población es inactiva físicamente; mujeres 57,6%, hombres 44,5%. La falta de compañía frecuente sube a 11,5% (7,6% en 2015-2016) y la exclusión social a 6,4% (3,9% en 2015-2016). 19% reporta depresión, ansiedad u otro trastorno de salud mental. 63,9% tiene al menos una enfermedad crónica y 40,1% dos o más. Las mujeres presentan mayor prevalencia en la mayoría de las condiciones. Tabaco y hábitos Prevalencia de consumo en el último mes: 27,9%. 63,9% de las personas fumadoras desea dejar de fumar (alza respecto de 2015-2016). Disminuye la exposición al humo de tabaco en lugares de trabajo. Estrategias intersectoriales Aguilera subrayó el trabajo con Educación, Deporte, Salud y Desarrollo Social, incorporando actividad física en los colegios, promoviendo caminatas en trayectos cortos y reforzando el rol de los municipios como socios estratégicos para mejorar la calidad de vida en los territorios. Como primera línea base post pandemia, la ENCAVI 2023-2024 permitirá monitorear la recuperación en áreas afectadas -como la conexión social- en futuras mediciones.
La adaptación de hábitos a lo largo de los años permite a los artistas mantener sus carreras activas Subirse a un escenario frente a miles de personas, recorrer el mundo con giras interminables y mantener el vigor físico y mental a los 70 y 80 años, es un desafío que no todos pueden enfrentar. Sin embargo, ciertas leyendas del rock internacional desafían la idea de que la juventud es un privilegio para pocos: siguen componiendo, cantando y saltando frente al público como si el tiempo no hablara en sus cuerpos. ¿Cuál es el secreto detrás de tanta energía? La respuesta combina genética, alimentos elegidos con conciencia y una disciplina inquebrantable en el entrenamiento. Sting: alimentos de la tierra y yoga disciplinado El músico y compositor Sting a sus 73 años prioriza los productos frescos y la autosuficiencia alimentaria. El profesor César Casávola, presidente de la Sociedad Argentina de Médicos Nutricionistas (SAMENUT), explicó a Infobae : “Sting que mantiene una alimentación sin pesticidas, provenientes de su quinta, con preferencia de productos vegetales, sin ser vegetariano”. La familia del emblemático rock star es impulsora de la agricultura orgánica y desde hace décadas creó un entorno en donde los vegetales y los cereales integrales son la base diaria de su dieta. “La dieta mediterránea y las dietas ricas en vegetales se asocian a menor riesgo de mortalidad por todas las causas y enfermedades crónicas. Estas pautas priorizan frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y grasas insaturadas como el aceite de oliva extra virgen”, resaltó Casávola. Según medios internacionales, Sting ha defendido la elección de una dieta macrobiótica, baja en carnes, azúcar y procesados. “Decidí que solo estaría satisfecha si sabía exactamente qué poníamos en nuestros platos”, contó su esposa Trudie Styler. En una entrevista con ITV, el propio artista resumió que se veía bien gracias a su “vanidad y un poco de disciplina”. La actividad física es un hábito irrenunciable. El músico lleva más de tres décadas practicando yoga y reconoce que fue un punto de inflexión: “Dos décadas de yoga me han dado dos décadas extra de carrera. No sería capaz de hacer esto si no estuviera en buena forma”. A su rutina suma natación diaria, caminatas y ejercicios de fuerza abdominal. “Estudio yoga hace 30 años. Pero todo se convierte en yoga después de un tiempo”, sostuvo en televisión. El neurólogo Alejandro Andersson describió a Infobae: “El ejercicio regular tiene un impacto positivo en la salud cerebral a medida que envejecemos, y esto se debe a varios factores. La actividad física mejora el flujo sanguíneo cerebral, lo que facilita el transporte de oxígeno y nutrientes esenciales para el cerebro”. “Mantenerse activo mentalmente, practicar música, aprender cosas nuevas y sostener vínculos sociales sólidos son factores protectores muy importantes para el cerebro. En ese sentido, es posible que la actividad artística sostenida durante décadas haya sido tan importante como cualquier ventaja genética en estos músicos”, puntualizó a Infobae Gabriel Ércoli, médico genetista. “La práctica musical tiene efectos profundos en la neuroplasticidad, ya que implica múltiples áreas del cerebro, desde las funciones motoras hasta las cognitivas y emocionales. La música mejora la conectividad entre hemisferios cerebrales, lo que puede potenciar la memoria, el lenguaje y la atención. En personas mayores, tocar un instrumento o cantar fomenta la activación de redes neuronales clave que pueden haber disminuido con la edad ”, añadióe Andersson. Paul McCartney: vegetarianismo pionero, rutinas de yoga y ejercicio diario Paul McCartney adoptó la dieta vegetariana en los años 70 junto a su primera esposa, Linda. El motivo inicial fue la ética animal, pero los beneficios para la salud se hicieron visibles. El ex Beatle de hoy 83 años resumió la decisión en su libro: “Fue una decisión conjunta y nunca miramos atrás. Fue una gran cosa para hacer”. Paul McCartney eliminó la carne de su dieta y prioriza recetas caseras con ingredientes frescos (AFP) El foco de su alimentación está en “frutas, verduras, legumbres, nueces y aceite de oliva virgen”. Tras las giras, McCartney tiene un ritual: “Si vuelvo de una gira y he comido mucha comida de hotel, lo primero que hago es cocinar brócoli o alguna ensalada. Eso me hace sentir renovado”. Pero la vitalidad no depende sólo de la mesa. Paul ha declarado que practica yoga en grupo — “los chicos del yoga” —, ejercicios de estiramiento, cardio sobre elíptica y trote en cinta. El yoga ocupa un lugar prioritario, y cada entrenamiento finaliza con una parada de cabeza. Relató: “Finalizo con una parada de cabeza perfectamente ejecutada en el gimnasio cada mañana”. La meditación trascendental completa el combo: “En momentos de locura, la meditación me ha ayudado a encontrar momentos de serenidad”. “El ejercicio puede ayudar a mejorar la memoria, la atención y la función ejecutiva al aumentar la reserva cognitiva, lo que les permite compensar mejor cualquier daño cerebral relacionado con la edad”, precisó Andersson. “Decimos que el envejecimiento saludable tiene una base poligénica y multifactorial : no depende de un solo gen ni de una sola causa, sino de una compleja interacción entre nuestra herencia genética, el entorno en el que vivimos y las decisiones que tomamos a lo largo de la vida”, apuntó Gabriel Ércoli. Brian May: veganismo, rehabilitación y ejercicio programado La elección de Brian May de 78 años por una dieta vegana llegó por razones éticas, medioambientales y de salud. En palabras del guitarrista: “ Para reducir el sufrimiento animal. (2) Para aliviar la carga sobre nuestro planeta. ( Por mi salud”. El desafío es cubrir correctamente todos los nutrientes, aspecto que May enfrenta con atención y asesoramiento profesional. El doctor Casávola remarcó para Infobae: “Sabemos que esas modalidades alimentarias pueden presentar carencias”, por lo cual la planificación es crucial. “Ácidos grasos omega-3: contribuyen a la integridad de las membranas neuronales y modulan procesos inflamatorios. La suplementación y/o el consumo regular de fuentes vegetales (linaza, chía, nueces) o marinas (pescados grasos) también se asocian a mejor función cognitiva”, afirma Casávola. La rehabilitación cardíaca impuso aún más disciplina. “Me he vuelto absolutamente devoto de mi fisioterapia todos los días y fortalezco el músculo cardíaco y el resto de mi cuerpo”, contó May tras un episodio de salud. Entre sus hábitos, elige 90 minutos de ejercicios al día, con un solo día de descanso semanal: “Tienes que seguir moviéndote. Ese músculo de tu corazón necesita ser reconstituido porque no lo hará solo. Me encanta mi rutina de ejercicios”. May también compartió: “Hay tantas verduras maravillosas en el mundo: corazones de alcachofa, palmitos, chirivías asadas, papas y ensalada de rúcula y tomate, aderezada con aceite de oliva y vinagre balsámico”. “La práctica musical constante también se ha relacionado con una mayor reserva cognitiva, lo que ayuda a las personas mayores a mantener un funcionamiento cognitivo saludable durante más tiempo”, concluyó el doctor Andersson.
Cuando se habla de envejecimiento, muchos piensan de inmediato en las arrugas, el dolor de rodillas o en la aparición de canas. Sin embargo, The New York Times destacó ciertos cambios menos conocidos que podrían ser signos de que estás envejeciendo. Descúbrelos a continuación: 1. Cambios en tu voz Ted Mau, director del centro de la voz del UT Southwestern Medical Center, explicó al citado medio que, a medida que las personas envejecen, las cuerdas vocales suelen volverse más delgadas y menos flexibles, razón por la cual es posible que no se cierren con la misma firmeza. Esto implica que la voz puede tornarse más débil o áspera. Algunos hombres, aunque solían tener una voz profunda y sonora, puede que tengan una voz no tan profunda y plena a medida que envejecen, sostuvo Mau, quien aclaró que las voces de las mujeres podrían hacerse más graves. 2. Perderás estatura Desde los 40 años, tanto hombres como mujeres pierden centímetros de estatura. Ardeshir Hashmi, jefe de área del Centro de Medicina Geriátrica de la Clínica Cleveland, explicó que, con los años, las personas pierden hueso y cartílago en las vértebras de la columna, lo que puede hacernos más bajos. A esto se suma la dificultad de mantenerse erguido debido a que los músculos abdominales y lumbares que rodean la columna pueden debilitarse. Por ello, la recomendación es mantenerse activo y realizar ejercicios que fortalezcan la espalda, además de consumir calcio y vitamina D. 3. Disminuyen las migrañas Las mujeres, que son más propensas a sufrir migrañas, pueden experimentar una disminución de estos episodios después de la menopausia. Seniha Nur Ozudogru, neuróloga de Penn Medicine, señaló al citado portal que la mayoría de las mujeres refieren que sus migrañas mejoran y que han reducido la frecuencia, la gravedad, e incluso puede que ya no tengan ataques de migraña.
Cuanto van pasando los años, más propensos somos a caer en el sedentarismo. De hecho, se calcula que el 67% de los adultos mayores pasan sentados más de ocho horas al día, y sólo entre el 28% y el 34% de los adultos de 65 a 74 años son físicamente activos, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Evelyn O’Neill, directora de programas de ejercicio para pacientes externos del Centro Hebreo de Rehabilitación, afiliado a Harvard, es testigo de las consecuencias de pasar demasiado tiempo sentada. “Estar sentado es el nuevo hábito de fumar en términos de riesgos para la salud”, dijo en diálogo con la revista Harvard Health Publishing. “La falta de movimiento es quizá más culpable que cualquier otra cosa de un sinfín de problemas de salud”. Una vida sedentaria puede afectar a la salud de formas que quizá no sepas. Por ejemplo, estar sentado durante mucho tiempo puede aumentar las probabilidades de desarrollar trombosis venosa (coágulos sanguíneos potencialmente mortales que se forman en las venas profundas de las piernas), según un estudio de más de 15.000 personas. Un estudio mostró que las personas que más veían la televisión tenían un riesgo un 70% mayor de sufrir trombosis venosa en comparación con las que nunca o casi nunca veían la televisión. Una situación de sedentarismo similar tiene su reflejo en quienes pasan largas horas sentados trabajando. Por otro lado, moverse más durante el día puede tener un gran impacto. Por ejemplo, estar más tiempo de pie puede ayudar a perder peso y mantenerlo, según un estudio publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology. Las actividades cotidianas que incluyen caminar más también pueden fortalecer los músculos de las piernas, lo que puede ayudar a vivir más tiempo. Los investigadores han observado que la pérdida de fuerza y masa muscular en las piernas se asocia a una menor velocidad al caminar entre las personas mayores. Una forma de combatir los riesgos para la salud de un estilo de vida sedentario es incorporar pequeñas dosis de ejercicio a la rutina diaria. Hay muchas formas de hacerlo, según O’Neill. “Aunque no transpiremos ni sintamos que nos esforzamos, moviendo los brazos y las piernas, estamos estimulando los músculos y haciendo trabajar las articulaciones”, remarcó la experta. En el transcurso de la pandemia, muchas personas que antes se desplazaban a oficinas y lugares de trabajo se incorporaron a la población activa que trabaja desde casa. Por desgracia, ese tiempo adicional en el hogar equivale fácilmente a más tiempo de sedentarismo. Tanto si trabajamos desde casa como en una oficina, si nuestras rutinas diarios nos obligan a permanecer sentados durante horas, es importante que hagamos un esfuerzo por movernos a lo largo del día para evitar las consecuencias negativas para la salud del sedentarismo. De hecho, interrumpir las largas sesiones de sedentarismo con un poco de ejercicio puede mejorar la salud y la forma física en general. ¿Qué pasaría si, a lo largo de una jornada de ocho horas, nos levantáramos y nos moviéramos tres minutos cada hora? Eso equivale a 24 minutos de ejercicio diario. Si añadimos otros 10 minutos de caminar o subir escaleras antes o después del trabajo, estaría en 34 minutos diarios, o 170 minutos por semana laboral de cinco días. Eso supera con creces el umbral semanal de 150 minutos, o dos horas y media, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin pisar nunca un gimnasio. “En líneas generales, se recomiendan pausas de entre 10 a 15 minutos cada 40 a 60 minutos de trabajo continuo; pudiendo ser sustituido por pausas de entre 3 a 5 min cada 30 minutos”, precisó. Las siguientes son sugerencias prácticas para integrar intervalos de movimiento en una jornada laboral de ocho horas. 1. Levantarse, sentarse, repetir El ejercicio físico promueve el bienestar físico y psicológico, se asocia con mejoría en la postura y reducción de dolores musculares y con reducción de la ansiedad y depresión (Getty Images) Es importante levantarse de la silla al menos una vez cada hora. La forma más sencilla de empezar a moverse es convertir el acto de levantarse de la silla y volver a sentarse en un ejercicio. Los entrenadores y preparadores físicos lo llaman sentadilla de caja. De pie frente a la silla, aconsejan sentarse lentamente, haciendo contacto con el asiento sin apoyar todo el peso en él. A continuación, impulsar los pies, las piernas y las caderas para volver a ponerse de pie. Repetir este movimiento, al ritmo de cada uno, durante tres minutos cada hora. 2. Movimientos de manos para aliviar la tensión Trabajar con las manos requiere cuidarlas, no sólo por dentro y por fuera, sino también con pequeños trucos para que cada músculo se relaje y la relajación sea completa (Getty Images) ¿Pensaste alguna vez que la tensión en las manos de tanto teclear puede estar contribuyendo a la tensión en los hombros? Los músculos trabajan en cadena, así que la tensión puede subir y bajar por el cuerpo. Cuando estamos tensos o inmovilizados en una zona, otros músculos tienen que compensar para ayudarnos a movernos. Esos músculos se sobrecargan y se tensan, lo que deriva una reacción en cadena de compensación muscular y tensión crónica. Para realizar ejercicios de manos, debemos centrarnos en una mano por vez. Apoyar el codo de la mano que estamos ejercitando en el escritorio para estabilizarlo. Apretar el puño y luego abrir la mano y separar los dedos al máximo. Repetir cinco veces. A continuación, cerrar el puño y girar lentamente la muñeca en una dirección cinco veces. Repetir en la dirección opuesta. Abrir la mano y, con la mano contraria, presionar suavemente los dedos hacia atrás para estirar el interior de la muñeca y la mano. Mantener la posición durante tres respiraciones. Repetir presionando la mano hacia delante para estirar el dorso de la mano y la muñeca. A continuación, pasamos a centrarnos en los dedos. Utilizar la mano contraria para sujetar y estabilizar la muñeca mientras sacamos el pulgar y hacemos tres círculos en una dirección y luego en la otra. Repetir esta acción lo mejor que podamos con cada dedo. Hacer todos los ejercicios con la otra mano. Terminar poniéndonos de pie, entrelazando los dedos y estirando los brazos por encima de la cabeza con las palmas hacia arriba. Aguantar unas cuantas respiraciones y repetir con las manos entrelazadas hacia delante y luego hacia atrás. Puede que nos cueste más con unos dedos que con otros y que nos resulte más difícil con la mano no dominante. No pasa nada. Mejorará con el tiempo. 3. Y de pies Al igual que cuidamos y fortalecemos otras partes de nuestro cuerpo, debemos mantener los pies fuertes y flexibles con una rutina de ejercicios (Getty Images) El mismo tipo de reacción muscular en cadena de la tensión puede producirse con los pies. Dedicar sólo unos minutos al día a mover activamente los pies y los tobillos puede tener un impacto espectacular en cómo se siente todo el cuerpo. Para esto, hará falta que nos quitemos los zapatos y, si es posible, las medias. Luego, cruzar una pierna sobre la otra, concentrándonos en el pie de arriba. Dirigir los dedos del pie hacia delante y hacia abajo, como una bailarina, y luego flexionar el pie hacia atrás para dirigir los dedos hacia arriba, abriéndolos todo lo que podamos. Repetir 10 veces. A continuación, girar lentamente el tobillo en una dirección 10 veces. Repetir en la dirección opuesta. Por último, hacer los ejercicios con el otro pie. También, podemos levantarnos y hacer 10 repeticiones alternando, desplazando el peso uniformemente hacia la parte exterior de los pies, intentando levantar los bordes interiores, y luego desplazando el peso hacia la parte interior de los pies mientras intentamos levantar los bordes exteriores. A continuación, realizar 10 elevaciones lentas y controladas de las pantorrillas, levantando los talones y empujando el peso hacia la parte anterior de los pies, para luego volver a bajar los talones. Un tip: colocar una mano en una silla o en la pared para mantener el equilibrio. 4. Reuniones en movimiento Realizar reuniones de trabajo caminando aumenta la productividad al mantener la mente más relajada, incrementa el engagement al enfocarse en el tema del que se habla y brinda innumerables beneficios a la salud de los trabajadores al combatir el sedentarismo laboral (Getty Images) Es raro el día de trabajo que no incluye al menos una reunión virtual. Durante esas reuniones, podemos colocar la pantalla en una superficie más alta, como una isla de cocina, para poder estar de pie cómodamente durante la reunión. Mientras lo hagamos, dediquemos unos minutos a marchar suavemente en el lugar o a cambiar nuestro peso de un pie a otro para trabajar el equilibrio. 5. Corregir la postura y prevenir el dolor Aunque nos hayamos estado moviendo cada hora, al final de la jornada laboral es útil dedicar unos minutos a recuperarnos proactivamente de estar sentado frente a una pantalla. Centrarnos en movimientos que abran y relajen esa postura encorvada que solemos adoptar delante del ordenador y cuando miramos el móvil. Hacer estiramientos y giros suaves de pecho y espalda. Bonus track Los beneficios se vuelven más marcados cuando se combina la actividad física con otros cambios del estilo de vida, como una dieta saludable y la reducción del consumo de alcohol. Caminar es uno de los ejercicios más accesibles para quemar grasa de todo el cuerpo. Por eso, los expertos aconsejan, todos los días, intentar dar un paseo de al menos 10 minutos, idealmente al aire libre. Si el tiempo o el entorno nos impiden caminar, podemos considerar como alternativa este sencillo ejercicio en casa de 11 minutos. Con 24 minutos de movimiento para interrumpir nuestra jornada laboral, si añadimos incluso un paseo de seis minutos, alcanzaremos la cifra redonda de 30 minutos de ejercicio diario. Después de sólo una semana de practicar este plan, deberíamos notar una mejora en su salud y forma física general. En sintonía con estos conceptos, Torres Luque advirtió que existen “pequeñas acciones que se pueden incluir en el día a día laboral, siempre según sea su puesto de trabajo”. Y enumeró las siguientes: 1- Intente llegar al trabajo caminando. Si va en transporte público, intente bajarse unos minutos antes de llegar a la oficina. 2- Emplee siempre que pueda las escaleras. 3- Suba y baje las escaleras. Cuando vaya al sanitario, hágalo al de la planta de arriba o abajo si hay posibilidad. 4- Intente ponerse de pie si habla por teléfono. 5- Mantenga las conversaciones con sus compañeros de pie siempre que sea posible. 6- Levántese y siéntese de la silla varias veces seguidas, siempre que pueda. 7- Trabaje o estudie de pie o paseando por un breve periodo de tiempo.
El Ministerio de Salud (Minsal) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida y Salud (ENCAVI) 2023-2024, la primera medición realizada después de la pandemia. El estudio, coordinado por el Departamento de Epidemiología del Minsal y aplicado por la Dirección de Estudios Sociales (DESUC) de la Pontificia Universidad Católica, entrevistó a 16.590 personas entre octubre de 2023 y febrero de 2024, con representatividad nacional, regional, por nivel socioeconómico, sexo y ámbito rural y urbano. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, destacó que la encuesta muestra el retroceso en algunos parámetros tras la pandemia y recalcó que la salud no solo es atender enfermedades, sino mejorar el bienestar de la población. Principales resultados 68,5% de la población califica su calidad de vida como buena o muy buena (estable versus 2015-2016). Brecha por ingresos: 63,3% en el primer quintil reporta buena calidad de vida versus 89,2% en el quinto. El bienestar emocional baja de 5,7 a 5,4 puntos (escala 1–7). 51,2% de la población es inactiva físicamente; mujeres 57,6%, hombres 44,5%. La falta de compañía frecuente sube a 11,5% (7,6% en 2015-2016) y la exclusión social a 6,4% (3,9% en 2015-2016). 19% reporta depresión, ansiedad u otro trastorno de salud mental. 63,9% tiene al menos una enfermedad crónica y 40,1% dos o más. Las mujeres presentan mayor prevalencia en la mayoría de las condiciones. Tabaco y hábitos Prevalencia de consumo en el último mes: 27,9%. 63,9% de las personas fumadoras desea dejar de fumar (alza respecto de 2015-2016). Disminuye la exposición al humo de tabaco en lugares de trabajo. Estrategias intersectoriales Aguilera subrayó el trabajo con Educación, Deporte, Salud y Desarrollo Social, incorporando actividad física en los colegios, promoviendo caminatas en trayectos cortos y reforzando el rol de los municipios como socios estratégicos para mejorar la calidad de vida en los territorios. Como primera línea base post pandemia, la ENCAVI 2023-2024 permitirá monitorear la recuperación en áreas afectadas -como la conexión social- en futuras mediciones.
La adaptación de hábitos a lo largo de los años permite a los artistas mantener sus carreras activas Subirse a un escenario frente a miles de personas, recorrer el mundo con giras interminables y mantener el vigor físico y mental a los 70 y 80 años, es un desafío que no todos pueden enfrentar. Sin embargo, ciertas leyendas del rock internacional desafían la idea de que la juventud es un privilegio para pocos: siguen componiendo, cantando y saltando frente al público como si el tiempo no hablara en sus cuerpos. ¿Cuál es el secreto detrás de tanta energía? La respuesta combina genética, alimentos elegidos con conciencia y una disciplina inquebrantable en el entrenamiento. Sting: alimentos de la tierra y yoga disciplinado El músico y compositor Sting a sus 73 años prioriza los productos frescos y la autosuficiencia alimentaria. El profesor César Casávola, presidente de la Sociedad Argentina de Médicos Nutricionistas (SAMENUT), explicó a Infobae : “Sting que mantiene una alimentación sin pesticidas, provenientes de su quinta, con preferencia de productos vegetales, sin ser vegetariano”. La familia del emblemático rock star es impulsora de la agricultura orgánica y desde hace décadas creó un entorno en donde los vegetales y los cereales integrales son la base diaria de su dieta. “La dieta mediterránea y las dietas ricas en vegetales se asocian a menor riesgo de mortalidad por todas las causas y enfermedades crónicas. Estas pautas priorizan frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y grasas insaturadas como el aceite de oliva extra virgen”, resaltó Casávola. Según medios internacionales, Sting ha defendido la elección de una dieta macrobiótica, baja en carnes, azúcar y procesados. “Decidí que solo estaría satisfecha si sabía exactamente qué poníamos en nuestros platos”, contó su esposa Trudie Styler. En una entrevista con ITV, el propio artista resumió que se veía bien gracias a su “vanidad y un poco de disciplina”. La actividad física es un hábito irrenunciable. El músico lleva más de tres décadas practicando yoga y reconoce que fue un punto de inflexión: “Dos décadas de yoga me han dado dos décadas extra de carrera. No sería capaz de hacer esto si no estuviera en buena forma”. A su rutina suma natación diaria, caminatas y ejercicios de fuerza abdominal. “Estudio yoga hace 30 años. Pero todo se convierte en yoga después de un tiempo”, sostuvo en televisión. El neurólogo Alejandro Andersson describió a Infobae: “El ejercicio regular tiene un impacto positivo en la salud cerebral a medida que envejecemos, y esto se debe a varios factores. La actividad física mejora el flujo sanguíneo cerebral, lo que facilita el transporte de oxígeno y nutrientes esenciales para el cerebro”. “Mantenerse activo mentalmente, practicar música, aprender cosas nuevas y sostener vínculos sociales sólidos son factores protectores muy importantes para el cerebro. En ese sentido, es posible que la actividad artística sostenida durante décadas haya sido tan importante como cualquier ventaja genética en estos músicos”, puntualizó a Infobae Gabriel Ércoli, médico genetista. “La práctica musical tiene efectos profundos en la neuroplasticidad, ya que implica múltiples áreas del cerebro, desde las funciones motoras hasta las cognitivas y emocionales. La música mejora la conectividad entre hemisferios cerebrales, lo que puede potenciar la memoria, el lenguaje y la atención. En personas mayores, tocar un instrumento o cantar fomenta la activación de redes neuronales clave que pueden haber disminuido con la edad ”, añadióe Andersson. Paul McCartney: vegetarianismo pionero, rutinas de yoga y ejercicio diario Paul McCartney adoptó la dieta vegetariana en los años 70 junto a su primera esposa, Linda. El motivo inicial fue la ética animal, pero los beneficios para la salud se hicieron visibles. El ex Beatle de hoy 83 años resumió la decisión en su libro: “Fue una decisión conjunta y nunca miramos atrás. Fue una gran cosa para hacer”. Paul McCartney eliminó la carne de su dieta y prioriza recetas caseras con ingredientes frescos (AFP) El foco de su alimentación está en “frutas, verduras, legumbres, nueces y aceite de oliva virgen”. Tras las giras, McCartney tiene un ritual: “Si vuelvo de una gira y he comido mucha comida de hotel, lo primero que hago es cocinar brócoli o alguna ensalada. Eso me hace sentir renovado”. Pero la vitalidad no depende sólo de la mesa. Paul ha declarado que practica yoga en grupo — “los chicos del yoga” —, ejercicios de estiramiento, cardio sobre elíptica y trote en cinta. El yoga ocupa un lugar prioritario, y cada entrenamiento finaliza con una parada de cabeza. Relató: “Finalizo con una parada de cabeza perfectamente ejecutada en el gimnasio cada mañana”. La meditación trascendental completa el combo: “En momentos de locura, la meditación me ha ayudado a encontrar momentos de serenidad”. “El ejercicio puede ayudar a mejorar la memoria, la atención y la función ejecutiva al aumentar la reserva cognitiva, lo que les permite compensar mejor cualquier daño cerebral relacionado con la edad”, precisó Andersson. “Decimos que el envejecimiento saludable tiene una base poligénica y multifactorial : no depende de un solo gen ni de una sola causa, sino de una compleja interacción entre nuestra herencia genética, el entorno en el que vivimos y las decisiones que tomamos a lo largo de la vida”, apuntó Gabriel Ércoli. Brian May: veganismo, rehabilitación y ejercicio programado La elección de Brian May de 78 años por una dieta vegana llegó por razones éticas, medioambientales y de salud. En palabras del guitarrista: “ Para reducir el sufrimiento animal. (2) Para aliviar la carga sobre nuestro planeta. ( Por mi salud”. El desafío es cubrir correctamente todos los nutrientes, aspecto que May enfrenta con atención y asesoramiento profesional. El doctor Casávola remarcó para Infobae: “Sabemos que esas modalidades alimentarias pueden presentar carencias”, por lo cual la planificación es crucial. “Ácidos grasos omega-3: contribuyen a la integridad de las membranas neuronales y modulan procesos inflamatorios. La suplementación y/o el consumo regular de fuentes vegetales (linaza, chía, nueces) o marinas (pescados grasos) también se asocian a mejor función cognitiva”, afirma Casávola. La rehabilitación cardíaca impuso aún más disciplina. “Me he vuelto absolutamente devoto de mi fisioterapia todos los días y fortalezco el músculo cardíaco y el resto de mi cuerpo”, contó May tras un episodio de salud. Entre sus hábitos, elige 90 minutos de ejercicios al día, con un solo día de descanso semanal: “Tienes que seguir moviéndote. Ese músculo de tu corazón necesita ser reconstituido porque no lo hará solo. Me encanta mi rutina de ejercicios”. May también compartió: “Hay tantas verduras maravillosas en el mundo: corazones de alcachofa, palmitos, chirivías asadas, papas y ensalada de rúcula y tomate, aderezada con aceite de oliva y vinagre balsámico”. “La práctica musical constante también se ha relacionado con una mayor reserva cognitiva, lo que ayuda a las personas mayores a mantener un funcionamiento cognitivo saludable durante más tiempo”, concluyó el doctor Andersson.
Cuando se habla de envejecimiento, muchos piensan de inmediato en las arrugas, el dolor de rodillas o en la aparición de canas. Sin embargo, The New York Times destacó ciertos cambios menos conocidos que podrían ser signos de que estás envejeciendo. Descúbrelos a continuación: 1. Cambios en tu voz Ted Mau, director del centro de la voz del UT Southwestern Medical Center, explicó al citado medio que, a medida que las personas envejecen, las cuerdas vocales suelen volverse más delgadas y menos flexibles, razón por la cual es posible que no se cierren con la misma firmeza. Esto implica que la voz puede tornarse más débil o áspera. Algunos hombres, aunque solían tener una voz profunda y sonora, puede que tengan una voz no tan profunda y plena a medida que envejecen, sostuvo Mau, quien aclaró que las voces de las mujeres podrían hacerse más graves. 2. Perderás estatura Desde los 40 años, tanto hombres como mujeres pierden centímetros de estatura. Ardeshir Hashmi, jefe de área del Centro de Medicina Geriátrica de la Clínica Cleveland, explicó que, con los años, las personas pierden hueso y cartílago en las vértebras de la columna, lo que puede hacernos más bajos. A esto se suma la dificultad de mantenerse erguido debido a que los músculos abdominales y lumbares que rodean la columna pueden debilitarse. Por ello, la recomendación es mantenerse activo y realizar ejercicios que fortalezcan la espalda, además de consumir calcio y vitamina D. 3. Disminuyen las migrañas Las mujeres, que son más propensas a sufrir migrañas, pueden experimentar una disminución de estos episodios después de la menopausia. Seniha Nur Ozudogru, neuróloga de Penn Medicine, señaló al citado portal que la mayoría de las mujeres refieren que sus migrañas mejoran y que han reducido la frecuencia, la gravedad, e incluso puede que ya no tengan ataques de migraña.
Cuanto van pasando los años, más propensos somos a caer en el sedentarismo. De hecho, se calcula que el 67% de los adultos mayores pasan sentados más de ocho horas al día, y sólo entre el 28% y el 34% de los adultos de 65 a 74 años son físicamente activos, según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Evelyn O’Neill, directora de programas de ejercicio para pacientes externos del Centro Hebreo de Rehabilitación, afiliado a Harvard, es testigo de las consecuencias de pasar demasiado tiempo sentada. “Estar sentado es el nuevo hábito de fumar en términos de riesgos para la salud”, dijo en diálogo con la revista Harvard Health Publishing. “La falta de movimiento es quizá más culpable que cualquier otra cosa de un sinfín de problemas de salud”. Una vida sedentaria puede afectar a la salud de formas que quizá no sepas. Por ejemplo, estar sentado durante mucho tiempo puede aumentar las probabilidades de desarrollar trombosis venosa (coágulos sanguíneos potencialmente mortales que se forman en las venas profundas de las piernas), según un estudio de más de 15.000 personas. Un estudio mostró que las personas que más veían la televisión tenían un riesgo un 70% mayor de sufrir trombosis venosa en comparación con las que nunca o casi nunca veían la televisión. Una situación de sedentarismo similar tiene su reflejo en quienes pasan largas horas sentados trabajando. Por otro lado, moverse más durante el día puede tener un gran impacto. Por ejemplo, estar más tiempo de pie puede ayudar a perder peso y mantenerlo, según un estudio publicado en la revista European Journal of Preventive Cardiology. Las actividades cotidianas que incluyen caminar más también pueden fortalecer los músculos de las piernas, lo que puede ayudar a vivir más tiempo. Los investigadores han observado que la pérdida de fuerza y masa muscular en las piernas se asocia a una menor velocidad al caminar entre las personas mayores. Una forma de combatir los riesgos para la salud de un estilo de vida sedentario es incorporar pequeñas dosis de ejercicio a la rutina diaria. Hay muchas formas de hacerlo, según O’Neill. “Aunque no transpiremos ni sintamos que nos esforzamos, moviendo los brazos y las piernas, estamos estimulando los músculos y haciendo trabajar las articulaciones”, remarcó la experta. En el transcurso de la pandemia, muchas personas que antes se desplazaban a oficinas y lugares de trabajo se incorporaron a la población activa que trabaja desde casa. Por desgracia, ese tiempo adicional en el hogar equivale fácilmente a más tiempo de sedentarismo. Tanto si trabajamos desde casa como en una oficina, si nuestras rutinas diarios nos obligan a permanecer sentados durante horas, es importante que hagamos un esfuerzo por movernos a lo largo del día para evitar las consecuencias negativas para la salud del sedentarismo. De hecho, interrumpir las largas sesiones de sedentarismo con un poco de ejercicio puede mejorar la salud y la forma física en general. ¿Qué pasaría si, a lo largo de una jornada de ocho horas, nos levantáramos y nos moviéramos tres minutos cada hora? Eso equivale a 24 minutos de ejercicio diario. Si añadimos otros 10 minutos de caminar o subir escaleras antes o después del trabajo, estaría en 34 minutos diarios, o 170 minutos por semana laboral de cinco días. Eso supera con creces el umbral semanal de 150 minutos, o dos horas y media, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin pisar nunca un gimnasio. “En líneas generales, se recomiendan pausas de entre 10 a 15 minutos cada 40 a 60 minutos de trabajo continuo; pudiendo ser sustituido por pausas de entre 3 a 5 min cada 30 minutos”, precisó. Las siguientes son sugerencias prácticas para integrar intervalos de movimiento en una jornada laboral de ocho horas. 1. Levantarse, sentarse, repetir El ejercicio físico promueve el bienestar físico y psicológico, se asocia con mejoría en la postura y reducción de dolores musculares y con reducción de la ansiedad y depresión (Getty Images) Es importante levantarse de la silla al menos una vez cada hora. La forma más sencilla de empezar a moverse es convertir el acto de levantarse de la silla y volver a sentarse en un ejercicio. Los entrenadores y preparadores físicos lo llaman sentadilla de caja. De pie frente a la silla, aconsejan sentarse lentamente, haciendo contacto con el asiento sin apoyar todo el peso en él. A continuación, impulsar los pies, las piernas y las caderas para volver a ponerse de pie. Repetir este movimiento, al ritmo de cada uno, durante tres minutos cada hora. 2. Movimientos de manos para aliviar la tensión Trabajar con las manos requiere cuidarlas, no sólo por dentro y por fuera, sino también con pequeños trucos para que cada músculo se relaje y la relajación sea completa (Getty Images) ¿Pensaste alguna vez que la tensión en las manos de tanto teclear puede estar contribuyendo a la tensión en los hombros? Los músculos trabajan en cadena, así que la tensión puede subir y bajar por el cuerpo. Cuando estamos tensos o inmovilizados en una zona, otros músculos tienen que compensar para ayudarnos a movernos. Esos músculos se sobrecargan y se tensan, lo que deriva una reacción en cadena de compensación muscular y tensión crónica. Para realizar ejercicios de manos, debemos centrarnos en una mano por vez. Apoyar el codo de la mano que estamos ejercitando en el escritorio para estabilizarlo. Apretar el puño y luego abrir la mano y separar los dedos al máximo. Repetir cinco veces. A continuación, cerrar el puño y girar lentamente la muñeca en una dirección cinco veces. Repetir en la dirección opuesta. Abrir la mano y, con la mano contraria, presionar suavemente los dedos hacia atrás para estirar el interior de la muñeca y la mano. Mantener la posición durante tres respiraciones. Repetir presionando la mano hacia delante para estirar el dorso de la mano y la muñeca. A continuación, pasamos a centrarnos en los dedos. Utilizar la mano contraria para sujetar y estabilizar la muñeca mientras sacamos el pulgar y hacemos tres círculos en una dirección y luego en la otra. Repetir esta acción lo mejor que podamos con cada dedo. Hacer todos los ejercicios con la otra mano. Terminar poniéndonos de pie, entrelazando los dedos y estirando los brazos por encima de la cabeza con las palmas hacia arriba. Aguantar unas cuantas respiraciones y repetir con las manos entrelazadas hacia delante y luego hacia atrás. Puede que nos cueste más con unos dedos que con otros y que nos resulte más difícil con la mano no dominante. No pasa nada. Mejorará con el tiempo. 3. Y de pies Al igual que cuidamos y fortalecemos otras partes de nuestro cuerpo, debemos mantener los pies fuertes y flexibles con una rutina de ejercicios (Getty Images) El mismo tipo de reacción muscular en cadena de la tensión puede producirse con los pies. Dedicar sólo unos minutos al día a mover activamente los pies y los tobillos puede tener un impacto espectacular en cómo se siente todo el cuerpo. Para esto, hará falta que nos quitemos los zapatos y, si es posible, las medias. Luego, cruzar una pierna sobre la otra, concentrándonos en el pie de arriba. Dirigir los dedos del pie hacia delante y hacia abajo, como una bailarina, y luego flexionar el pie hacia atrás para dirigir los dedos hacia arriba, abriéndolos todo lo que podamos. Repetir 10 veces. A continuación, girar lentamente el tobillo en una dirección 10 veces. Repetir en la dirección opuesta. Por último, hacer los ejercicios con el otro pie. También, podemos levantarnos y hacer 10 repeticiones alternando, desplazando el peso uniformemente hacia la parte exterior de los pies, intentando levantar los bordes interiores, y luego desplazando el peso hacia la parte interior de los pies mientras intentamos levantar los bordes exteriores. A continuación, realizar 10 elevaciones lentas y controladas de las pantorrillas, levantando los talones y empujando el peso hacia la parte anterior de los pies, para luego volver a bajar los talones. Un tip: colocar una mano en una silla o en la pared para mantener el equilibrio. 4. Reuniones en movimiento Realizar reuniones de trabajo caminando aumenta la productividad al mantener la mente más relajada, incrementa el engagement al enfocarse en el tema del que se habla y brinda innumerables beneficios a la salud de los trabajadores al combatir el sedentarismo laboral (Getty Images) Es raro el día de trabajo que no incluye al menos una reunión virtual. Durante esas reuniones, podemos colocar la pantalla en una superficie más alta, como una isla de cocina, para poder estar de pie cómodamente durante la reunión. Mientras lo hagamos, dediquemos unos minutos a marchar suavemente en el lugar o a cambiar nuestro peso de un pie a otro para trabajar el equilibrio. 5. Corregir la postura y prevenir el dolor Aunque nos hayamos estado moviendo cada hora, al final de la jornada laboral es útil dedicar unos minutos a recuperarnos proactivamente de estar sentado frente a una pantalla. Centrarnos en movimientos que abran y relajen esa postura encorvada que solemos adoptar delante del ordenador y cuando miramos el móvil. Hacer estiramientos y giros suaves de pecho y espalda. Bonus track Los beneficios se vuelven más marcados cuando se combina la actividad física con otros cambios del estilo de vida, como una dieta saludable y la reducción del consumo de alcohol. Caminar es uno de los ejercicios más accesibles para quemar grasa de todo el cuerpo. Por eso, los expertos aconsejan, todos los días, intentar dar un paseo de al menos 10 minutos, idealmente al aire libre. Si el tiempo o el entorno nos impiden caminar, podemos considerar como alternativa este sencillo ejercicio en casa de 11 minutos. Con 24 minutos de movimiento para interrumpir nuestra jornada laboral, si añadimos incluso un paseo de seis minutos, alcanzaremos la cifra redonda de 30 minutos de ejercicio diario. Después de sólo una semana de practicar este plan, deberíamos notar una mejora en su salud y forma física general. En sintonía con estos conceptos, Torres Luque advirtió que existen “pequeñas acciones que se pueden incluir en el día a día laboral, siempre según sea su puesto de trabajo”. Y enumeró las siguientes: 1- Intente llegar al trabajo caminando. Si va en transporte público, intente bajarse unos minutos antes de llegar a la oficina. 2- Emplee siempre que pueda las escaleras. 3- Suba y baje las escaleras. Cuando vaya al sanitario, hágalo al de la planta de arriba o abajo si hay posibilidad. 4- Intente ponerse de pie si habla por teléfono. 5- Mantenga las conversaciones con sus compañeros de pie siempre que sea posible. 6- Levántese y siéntese de la silla varias veces seguidas, siempre que pueda. 7- Trabaje o estudie de pie o paseando por un breve periodo de tiempo.